No pude ganarle la batalla
a la tentación,
es que los bordes de tus labios
eran tan rojos.
Tan carnosos.
Tan brillosos.
Tan atrayentes.
Tan vistosos.
Tan, tan…
Nuevamente, te pido perdón
no pude contenerme.
Es que tus labios…
Siempre tus labios…
Juan Sagarda
Santoamor
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