viernes, 15 de febrero de 2008

Nada nos falta.

El crepúsculo, sin permiso

hurga prolijo en los rincones.

Aquellos en donde habitan

escondidos e inútiles recelos.



Lo hace en murmullo de pena

en hora gris y verdadera.

Entre las sombras de la noche

quedan miserias ya olvidadas.



No nos incumbe, hay historia nueva



que se yergue de nuestros labios.

Va encendida en un poema

con sentimiento sereno.



Callan música y el canto.

de aguas mansas, tranquilas

emergen nuestras palabras

con asombro, desde lo alto.



Somos ahora en el vértigo

agua, fuego intenso,

espejos que recrean vida.

Nada nos falta.



Oscar Néstor Galante

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