lunes, 13 de abril de 2009

VUYEUR


él me toca con el ojo de la tentación.
Me mira sobre sus sospechas. Me mira con ese nerviosismo que espera.
Me mira con el vector de distancia queriendo ser parte y no, pero y sí.
Me mira sobre su verdad. Me mira esperando lo que no se imagina.
Me mira calumnioso, con el atanor de sus ojos quemando mi destino.
Me mira desde el borde cómplice, desde la cadena para atarme a sus perversidades.
Me mira desnudo de orden para tocarse imprudente.
Me mira desde el abandono. Quiere que lo haga so-li-ta.
Desde el abono de sus miserias para florecerme como su porquería.
Me mira con el Corán al hombro para rebajarme mujer a sus pies.
Me mira como a una perra para que lo lama, lo lama.
Me mira con el viento sur para empujarme enloquecida hacia lo bajo.
Hacia la oferta de la feria para los pobres, hacia su pimiento rojo.
Me mira con alcanfor para arderme, me mira mientras se aleja para que entienda
que de él depende la única luz que me permitirá ver y mirar.
Me mira con percusión. Con revolver para que me sienta amenazada.
Me mira zángano para inyectarme de su vagancia, de su dejadez,
de su no le importa nada de nada; que digan lo que digan.
Me mira mudito.no quiere despabilar un solo sonido que delate su deseo.
Me mira en su lección de piano donde me hace sonar.
Me mira sin pestañear. Me mira inquisitivo: dale, dale.
Me mira para ganar tiempo, cuando a su lado no existen los relojes.
Me mira con su marca de importación y exportación.
Hace de mi oferta lo que se le canta.
Me mira en lo que le canta un gallo, le gusta amanecerme.
Me mira de centímetro en centímetro para confeccionarme sobre su medida.
Me mira en su viaje espacial, chocan sus meteoritos contra mis ojos,
me saca chispas, me hace estremecer.
Me mira con sus ojos abiertos de Luzyamo, siento que me traga, me traga
y entonces es que voy.

Con mis ojos ciegos.
Mi tracto recto.
Mi piel dispuesta.
La caricia áspera de hacerlo Tanto.
El beso ominoso.
La lengua trepadora.
La enredadera de piernas.
Las ganas, las ganas, las ganas
todas las ganas hasta hacerme limosna.
El jadeo espaciado, el jadeo magnético, el jadeo veloz
el salto de tubérculo para plantarme
con el putaparió
trasgrediendo todos los espacios
despacio, más despacio, inflamada
con los latidos en cada puño a punto de estallar
caprichosa e imposible; violando sus intenciones
naufragando en esperma, la saliva, su sangre
hasta el llanto final.


Fanny G Jaretón

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