lunes, 20 de abril de 2009

AM-ARTE

Encontrar la raíz de tu origen
zarandear la greda de la precognición
ya no quiero adivinarte
quiero saberte, que me hagas en tu troncal
florecida en el am de amarte en todas sus conjugaciones
y en las ramas donde tu amabilidad me hace
amatoria, amorcillo, amorío, amoroso, enamoricarse
y reamar en vos.
Pueblo mío, mi sinagoga, mi séfer a Kadosh
hojitas muertas que vos resucitás arrastrando un dolor
que no se compara con otro dolor
No es Jonás, no Job, no los primogénitos por cuello acerados
no los Abel-abelim, no la viudez de Nomí, ni las estatuas de sal.
Es tu dolor la que me hace inmensa; dam, mi adam
tu sangre derramada motivo de mi labio partido.
La boca a medias por esta negociación secreta y artificiosa
quiero ser en tu verbo Kibbel
Aceptarte así, como recibimos la torá, sin condiciones ni reservas
así participando de tu destino caprichosamente, así en el sí porque sí
despellejarte de la carnis para llegar hasta tu opti-mismo
allí muy dentro tuyo donde quiero morirme
dejar de ser yo para que me hagas de tu especie
especia madura, anís y menta, amapola y kalanith
Hombre, robusto y fuerte Carlolus para mi vitalidad
amante consecuente de todas mis banalidades, de todos mis deseos
no pidas lo que no se necesita, todo tecnicrotisismo está de más
después de una noche de revelaciones, hundida en tu bajo vientre
agorera de propios instintos, asesina de las miserables órdenes de días
borrada de toda configuración humana, venirme venida en vos
es haber encontrado la mezcla del consuelo en nuestras Kardias.

Fanny G Jaretón

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