martes, 29 de abril de 2008

Ese amor.






El amor que generosa

me brindaste tan espeso

ocupaba sin salir a mis bolsillos

ya vacíos de cariño.

Su presencia decidida y especial

al limpiar las nubes en el cielo.

se meneaba columpiando

nuestros deseos.

Ahuyentaba las nieblas

de los miedos.

Era aposento de dos

corazones indefensos

con sístoles sin

naufragio, sin desmedros.

Los abrazos sostenían

las jornadas transparentes

cual columnas

poderosas y enhiestas

de cimientos profundos

sin fisuras.

En fi, amor de antaño

que las maneras de hoy

desdeñan.

Sin disgresiones

casi estrepitoso

en su silencio.

Si hasta lo observé

salir de tu cuerpo

y del mío.



Oscar Néstor Galante.

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