domingo, 7 de octubre de 2007

ARRIMO

Se acerca la noche y su mano tiende a adormecerme, no me dejo, tengo
pendiente el hilo que une mi diálogo al tuyo, nuestro romance rojo
extrañamente parecido al acto de escribir.

La pregunta regresa con más razón ahora, como de otros labios que no
fueran los míos se desliza mientras la escucha del hombre se pierde
tras la oblicua luna que intenta despedirse…

Pero yo y una pregunta insisten en devolverme el nombre de boca del
pecado, es tu boca ahora que no quiere nombrarme, me robas la
identidad, y entonces ya no puedo preguntar quién soy, presa y fuga
de un deseo, fiel del alba me recibes y agrietas mi piel de tanto
abrazo, yo abro los brazos en la más tenue cruz y me entrego a
tantas muertes, como si un dios abandonara el mundo es como me
resigno y una luz prístina desde tus ojos hecha mundos que aún me
quedan por explorar y es de tu mano que me tomo de la noche como las
palabras que quieren la "ambigua claridad" de su poema.

Fanny G. Jaretón

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