viernes, 14 de septiembre de 2007

La piel






Una seda móvil reviste tu ser.

Un velo de células vivas y muertas.

Y la caricia del ángel se materializa en ella.

Las rocas no la conocen, sólo la lastiman.

La arena intenta imitarla.

Y el viento, aunque lo desee, no la toca.



Y yo nací por dentro y luego nací por fuera.

Y yo sentí por mí y por mis manos.

Es el puente, es el camino.

Es el remolino, es el destino.



Que han de llevarme a ti.

Que han de nutrirme de ti.



Parece eterna y sin embargo no es siempre la misma.



Se torna azul, en las noches.

Se torna suave para mis labios.

Se torna abrigo en el abrazo.

Y puede convertirse en ese refugio anhelado.



Podría poseerla pero es incontenible.

Sólo tuya será.



Tu piel, mi ansía.

Mi desvelo.

Mi sosiego.

Mi rescoldo.



Mi suave y abierto remanso de un dios.




22 de Noviembre del 2004.

Amparo Carranza Vélez.

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