sus pétalos hermosearan, 
tu breve talle, 
la hebilla de pétalos de camamilla, 
el enganche con pistilos de amapola.
 
Entre tú corazón, y... 
la aureola, 
el oro central de la manzanilla; 
mí aromático regalo.
 
Con ellas, 
haremos concentrada infusión, 
que nos atontolinaran.
 
Despertamos a la mañana, 
mudos los dos; por el bi-estreno, 
que no habíamos planeado.
Migé S. APARICIO
     Vélez Málaga, 1945
            10 02 08
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