sábado, 31 de octubre de 2009

De azul.


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Eran de azul
las noches de tu alma.
Tenía tu sonrisa
que aquellos ojos garzos enmarcaban
un no sé qué de dulce rebeldía.
Tan firme tu reir
y delicado al tiempo, tan etéreo
que todavía lo escucho en un arrullo
en mis noches de azul, azul contigo.
Eras de agua de mar, un caballito
conmigo azul, por un embrujo extraño.
Hoy corres hacia el agua,
azul, azul, azul de la mañana.
del regato que nace y alimentas
Hacia el mar ríes, juegas, por teñirlo
de azul como eras tú, mi amor dormido:
Azul de azules,
de azul de amanecer, de azul conmigo.


Blanca Barojiana

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