Cuando tu mano acaricie
a mi cara
suspiraré despacio
¡Lo haré sin miedo!
Entonces me quedaré quieto
En el silencio
con los ojos cerrados
¡Cómo si no existiera el tiempo.!
Después, casi temblando,
guardaré el reflejo de tus pupilas
en mi mirada.
¡Como si fueran alas sobre mi cuerpo!
acaso volaré
en mi deleite
En el tiempo que juntos estemos.
Un tesoro
que la vida regala.
Oscar N. Galante
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