Desgréñame la piel en oleadas de placer
ardiendo en tus brazos hazme yacer
hasta que el fuego sea agua de la que podamos beber.
Desnúdame el alma con tus caricias
penetra en mi recinto sin pedir permiso
hazme segura, querida,
convídame el rictus del tantrico cáliz.
Naceré como Venus del mar de tus besos
quemada en tu hoguera de sudores.
Dame la vida: la tuya , la mía
y deja que el viento imite nuestro batir de alas
por siempre.
Liliana Varela 2009
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