La dicha que camina por mis venas,
tiene nombre propio y me dice mía,
le contesto "tuya" de noche y día,
él jura conmigo olvidar las penas.
Romanzas de sombras y luz amenas,
una morena en la playa dormía,
su Sol amante allí la tomaría,
arenas, olas cómplices, serenas.
La blusa de coral cubre su pecho
dibujos de paisajes en la arena
en trenza de fuego los cuerpos arden.
Infernal sed, ellos sus bocas abren
encuentro esperado de dicha plena
es hembra coqueta y alista su lecho.
Ana Lucía Montoya Rendón
Enero 2009
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