miércoles, 23 de enero de 2008

Dos soledades

Se unieron
dos soledades
y renacieron
para vivir.
Dos realidades
de amor
y de dolor...
buscaron
y encontraron
su nadir.
Otra aurora...
otro ahora
para volver a vivir.

Una de esas almas no sabía...
que sólo vivía
para morir.
Necesitaba cariño.
Era un niño
abandonado.
Un corazón
desamparado.
Era ilusión
perdida
y de dolor
adormecida.
Le faltaba
amor...
Le faltaba
sentirse querida.

La otra alma sola,
era un alma enamorada,
que perdió a su amada
en los campos del Señor.
Vacía
caracola
que vivía
sola
y abandonada.
Que necesitaba ser abrazada,
besada
y amada...
porque su vida moría
día a día.
Era otro corazón
desamparado...
abandonado
y lleno de dolor...
sólo por falta de amor.

Así se conocieron,
se unieron...
dos realidades...
dos soledades...
dos almas del Señor...
que renacieron
con un abrazo de amor.



Humberto Silva Morelli

No hay comentarios:

Publicar un comentario