
Tu voz no muere en las estrellas
dominante cuerpo fuimos
en la llamada de cada noche,
para disfrutarnos del todo.
Entendíamos cada vez
la dulzura de nuestras voces,
y que la pasión nos llamaba
con fuego abundante
con el propósito de darnos todo.
El crepúsculo en mis ojos
es una vasija color café
que a cada instante
quería llenarse de ti
sin importar el pasar de los años.
Jamás nos negamos a saborear
el sudor que nos aislaba
y nos llenaba de adicción
sedimento inconcluso, éramos
dos que nos llenábamos poco a poco
de nuestro mucho fuego.
Juan Ricardo Sagardía
SANTOAMOR
No hay comentarios:
Publicar un comentario