
Perpetuo en tu manantial,
el silencio de las noches
trae rumores de miel
en este invierno mordaz.
Una rosa engalana
las tristes horas de rigor.
Mas sus espinas penetran
hasta límites insospechados.
El tiempo pasa sin fin
aspiro hondo y prosigo.
En ese espejo me observo:
cada quien es cada cual.
Busco las palabras
que podrán comunicar.
Con cuidado y sin prisa
para ya no fracasar.
Treinta años han pasado
mas parece que fue ayer.
Todavía no lo entiendo
es profundo este querer.
Oscar Néstor Galante.
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