
Como un capullo me envolví en tus brazos
desatas mi sed, despiertas mi piel
ternura volcada besos y abrazos
deseando de tus labios la miel
Nuestros cuerpos, entrelazados
tan fuertemente como un cordel
ansias y anhelos desplazados
fuego y resina de oyamel.
Naufragamos en placer infinito
canto nocturno nos acompañaba
golpeaba el amor en cuerpo y alma.
Lluvia de estrellas se reflejaban
miradas profundas se acrisolaban
la vida entera se transformaba
MORUS-Dic 2008